A medida que la automatización y la inteligencia artificial cambian dramáticamente la naturaleza del trabajo, las habilidades sociales, emocionales y tecnológicas se están volviendo más cruciales a medida que las máquinas inteligentes asumen más tareas físicas, repetitivas y cognitivas básicas
Las habilidades soft se definen habitualmente como aquellas destrezas de naturaleza no técnica que permiten a alguien interactuar de manera efectiva y armoniosa con los demás y que impactan en la cultura, el liderazgo, la mentalidad, actitudes y comportamientos dentro de una organización.
Y una diferencia clave entre el actual cambio de conocimientos a gran escala y los del pasado, es la urgencia de los trabajadores que exhiben estas capacidades
La recalificación a escala es una preocupación para el 80 por ciento de los ejecutivos C-level en todo el mundo según una encuesta de McKinsey de 2019.
En esa misma línea se manifestó el ultimo Foro Económico Mundial en Davos, en el cual el 80% de las empresas que tenían fuertes inversiones en inteligencia artificial, también se comprometieron públicamente a retener y reciclar a su fuerza laboral
Y esa reconversión solo será posible si se asume el reto de contar con un marco que codifique las aptitudes necesarias para el negocio y defina objetivamente su evaluación, educación y compensación en habilidades como la la capacidad de adaptación, la comunicación, la negociación, la resolución de problemas, gestión de la complejidad, el pensamiento crítico, entre otras.
A medida que se acelera el cambio de aptitudes, es esencial que las organizaciones mejoren y amplíen las iniciativas de desarrolla de sus profesionales como forma de garantizar la longevidad de sus negocios
Se requerirá volver a capacitar a porciones muy significativas de las fuerzas de trabajo en los próximos 5 a 10 años fundamentalmente en economías avanzadas y la clave estará en las habilidades “soft”.